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CONSORCIO DE MƉDICOS CATƓLICOS

DE BUENOS AIRES

Av. Libertador G. San MartĆ­n 4496 (8-B) -  Buenos Aires  

 

 

El Consorcio de MĆ©dicos Católicos de Buenos Aires en reunión especial del 17 de Noviembre de 2014,  expresa su rechazo a que la CĆ”mara de Diputados de la Nación siguiendo la lĆ­nea  de la ā€œcultura de la muerteā€,  haya  aprobado con media sanción una ley que amplĆ­a los tĆ©rminos de la ya muy mala ley NĀŗ 26 862 de fertilización artificial llamada ā€œTĆ©cnicas de reproducción humana asistidaā€  y de la ley NĀŗ  26 994 que aprobó el nuevo Código Civil, que en su Art.  9  se refiere a los embriones. En efecto, este nuevo Código Civil expresa textualmente: ā€œla protección del embrión  no implantado serĆ” objeto de una ley especialā€.

Lamentablemente,   los parlamentarios argentinos por una mayorĆ­a abrumadora de 205 votos positivos y con sólo 11 honrosos y valientes votos negativos,  dio media sanción a una ley que justamente expresa lo opuesto y se refiere al destino de  los embriones que no se utilizan  en la fertilización artificial.

 

 

La ley con media sanción aprobada,  dice textualmente que: ā€œlos embriones podrĆ”n ser manipulados, analizados, seleccionados, donados, destinados a la investigación, criopreservados y cesada su criopreservaciónā€.  Es decir, para esta ley,  los embriones son ā€œcosasā€ a las que se puede tratar de cualquier manera e incluso destruir, congelar y despuĆ©s de un tiempo,  descongelar buscando su muerte.

 

Paradójicamente, para los legisladores que aprobaron esta media sanción de la ley, ā€œla protección del embriónā€ que indica el nuevo Código Civil, es exactamente lo contrario:  manipularlos, congelarlos o destruirlos.

 

 

El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires protesta en forma enfÔtica por esta ley homicida que sigue la línea de otras leyes y Reglamentos aprobados recientemente por legislaturas y Ministerios de la Salud Nación y de las Provincias.

 

Destacamos que  en los casos de fertilización artificial, no es natural que la concepción de un nuevo ser se haga en un laboratorio y no en la unión normal Ć­ntima de un hombre con una mujer en un acto,  que siempre deberĆ­a ser de amor.   Pero lo que transforma a ese acto no natural,  en una acción homicida,  es  que tratando de conseguir un niƱo,  siempre se provoca la muerte  de gran nĆŗmero de  embriones.

 Po ello, es importante  es destacar que los huevos y los embriones humanos deben ser respetados y tratados ontológicamente como personas ā€œen actoā€, dignas del mĆ”s elemental y primero de los derechos personalĆ­simos: el derecho a la vida. Embriones  que tienen ademĆ”s ā€œen potenciaā€,  el llegar a ser despuĆ©s  de  dĆ­as, semanas,  meses y aƱos, un niƱo, un joven y un adulto.

 

Expresamos lo anterior como mĆ©dicos que hemos jurado al graduarnos  defender la vida y la salud de los pacientes. Como mĆ©dicos católicos,  recordamos ademĆ”s a los legisladores que ya MoisĆ©s en el Ɖxodo (Cap 23) dice: ā€œNo te dejes arrastrar al mal por la muchedumbreā€ …  y ā€œNo hagas morir al inocente y al justoā€. A su vez, JesĆŗs en las ā€œBienaventuranzas habló de los que lloran y de los perseguidosā€.  Los  embriones en esta nueva ley, serĆ”n perseguidos y asesinados premeditadamente con traición, alevosĆ­a y  en banda.

Hace pocos dĆ­as, el 15 de Noviembre de 2014 en una audiencia a los mĆ©dicos católicos italianos el Papa Francisco dijo:  ā€Estamos viviendo un tiempo en el que se experimenta mal con la vida. Se hacen hijos en cambio de aceptarlos como un don. Se juega allĆ­ con la vida. Tengan cuidado que esto es un pecado contra el creador. Contra Dios creador que ha creado las cosasā€.

 

Finalmente:  nuestra Constitución Nacional expresa:  ā€œDios es fuente de toda razón y justiciaā€.

 

 

                Dr. Antonio CATALAN PELLET         Dr. Alejandro MARTINEZ WAGNER

Secretario                                   Presidente

 

 Dr. Hugo O.M.OBIGLIO                                  Dr.   Carlos Abel RAY

            Consultores 

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Cenar regularmente con tus hijos los protege y los potencia

La terapeuta familiar Anne Fishel, cofundadora del proyecto FDP y autora del libroHome for Dinner: Mixing Food, Fun, and Conversation for a Happier Family and Healthier Kids (2015) –en español, ‘En casa para la cena: combina comida, ocio y conversación para que tu familia sea más feliz y tus hijos estén más sanos’–, asegura que las cenas son el evento de la rutina familiar “que más dividendos produce”.

A las familias que cenan juntas les irá bien
Fishel está convencida de que si las familias cenaran juntas, su trabajo como terapeuta familiar “sería innecesario”, pues está demostrado que “aquellas que cenan juntaspadecen menos estrés y sus miembros se sienten mucho más unidos”.

Además, “al llegar a la adolescencia, los hijos de estas familias son menos propensos a padecer desórdenes alimenticios o depresión, así como a abusar de ciertas sustancias o a ejercer de forma precoz su sexualidad”, dice.

Por si fuera poco, Fishel añade un par de datos especialmente llamativos: “La conversación que tiene lugar alrededor de la mesa incrementa de un modo significativo el vocabulario de los niños, incluso más que leerles cuentos antes de dormir, y, además, mejora su rendimiento escolar”.

(Vea aquí en español en PDF ideas para la conversación durante la cena, por edades)

Por eso, FDP intenta que cada vez sean más las familias que puedan beneficiarse de estas ventajas. Y lo está logrando: “Más de un millón de familias en Estados Unidos ya han participado en alguna de las modalidades de FDP”, afirma.

Cenas más saludables
FDP se centra en sacar el máximo partido de todo lo que ocurre alrededor de la mesa familiar. Por una parte, la cena puede convertirse en un espacio de entretenimiento cotidiano y, a la vez, garantiza una alimentación más saludable.

Según Fishel, “está comprobado que, durante las cenas en familia, los niños comen menos grasa, azúcar y sal, y que aprenden a comer más verduras y vegetales, por lo que disminuye la probabilidad de que sufran obesidad. Además, se ha demostrado que cuando estos niños comienzan a hacerse cargo de su alimentación, mantienen estos hábitos saludables”, asegura.

Si no es posible cenar juntos, al menos desayunar o merendar
Para aprovechar estos múltiples beneficios, es suficiente con que la familia cene junta cinco días a la semana. Sin embargo, si para una familia es difícil reunirse a la hora de la cena, FDP les plantea que desayunen juntos, tomen la merienda o se reserven las comidas del fin de semana.

No hay una fórmula única, lo importante es establecer esta “cita familiar”, en un horario y un espacio previamente concertados.

La mejor hora del día
Uno de los proyectos estrella de FDP son las cenas comunitarias, en las que se reúnenentre cinco y cincuenta familias para disfrutar cocinando juntas.

Estas familias se inscriben en la web www.thefamilydinnerproject.org y reciben por e-mail ideas para realizar dinámicas durante la cena, para entablar una conversación interesante, y hasta recetas sencillas que se pueden preparar en treinta minutos y con solo ocho ingredientes.

Cuatro semanas después, algunas familias participan en otra cena comunitaria para comentar cómo han evolucionado sus cenas familiares… y sus familias.

“La mayoría de las familias comienzan el programa porque quieren mejorar su alimentación. Pero, al final, descubren que no solo han logrado este objetivo, sino que también se lo pasan muy bien juntos, y reconocen que no se habían dado cuenta de lo mucho que les hacían falta estos ratos en familia”, explica Fishel.

En otras palabras, descubren que con dedicar tan solo una hora al día –entre cocinar, cenar y recoger la mesa– pueden sacar el mejor rendimiento para el futuro de su familia.

¿Muy ocupados para cocinar?
Muchas familias dicen estar demasiado ocupadas o muy cansadas al final del día para ponerse a cocinar. En estos casos, Fishel recomienda cocinar el doble durante el fin de semana y congelar en tuppers lo que sobre para otro día de la semana.

Cuando se lamentan de que sus niños se resisten a comer, Fishel indica que no conviene caer en el “si te tomas el calabacín, podrás comer helado de postre”, pues esto los hace aún más quisquillosos con la comida. También aconseja no dejarlos picar entre horas ni comer en el coche.

En aquellos casos en los que los adolescentes de la familia se muestren reticentes a participar en las cenas, la terapeuta familiar sugiere “crear una atmósfera alegre y cálida durante la cena”, ¡y libre de tecnología!, pues “la tecnología es una de las mayores fuentes de tensión”.

Fishel ha estudiado el fenómeno y ha observado que los padres utilizan los dispositivos tecnológicos en la mesa el doble que sus hijos, así que propone que sean los adultos los primeros en modificar su comportamiento, y que “fijen parámetros claros: ‘vamos a dejar los móviles en una cesta’ o ‘solo vamos a usar el móvil para compartir entre nosotros (una foto graciosa, un e-mail…), pero no para comunicarnos con alguien que no esté con nosotros en la mesa”.

Que los niños participen desde la cocina
Fishel recomienda que los niños participen en el proceso de planear y preparar las cenas para que las disfruten más.

“Cualquier tarea que implique que los niños toquen los alimentos, los mezclen o los elijan, los convierte en ‘accionistas’ de este proyecto y contribuye a que quieran cenar con más gusto”.

Por ejemplo, podemos pedirles que nos acompañen al supermercado y que elijan un vegetal interesante para, luego, poder cocinarlo juntos en casa”.

Y concluye: “A la mayoría de los niños les gusta ayudar y debemos animarlos a hacerlo”.

Contar las historias de la familia
FDP anima a los participantes a contar historias sobre su familia durante las cenas, pues se ha descubierto que esta práctica genera grandes beneficios. Por ejemplo, “los niños que aprenden a contar historias son mejores lectores –explica Fishel–. Además, aquellos que conocen el pasado de su familia son más resilientes y tienen una mayor autoestima”.

El Proyecto emplea unas tarjetas con preguntas que ayudan a iniciar la conversación:invitan a los participantes a contar, por ejemplo, la historia de una receta familiar,la de alguien que haya superado una dificultad en su familia o la historia de amor de sus padres… En su página web sugieren preguntas adecuadas para cada grupo de edad.

Publicado originariamente por Isabel Molina en www.revistamision.com

ZENIT, 5 febrero 2017

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